Mendoza: «Pellegrini llegó a una China que será potencia mundial»

El 'Coca' no tiene recuerdos ideales de su paso por China, sin embargo contó en Prensafútbol que al Ingeniero le irá bien en un país que se prepara para dominar el fútbol. Además, contó anécdotas de su periodo en el Shandong Luneng, tanto dentro como fuera de la cancha.

Por Felipe Valencia S.

Manuel Pellegrini tuvo el sábado 17/09 su debut oficial en el Hebei China Fortune. Pero el fútbol chino está lejos de ser un destino común para entrenadores y jugadores, sobre todo por el choque de culturas que significa vivir en el gigante oriental para los europeos o sudamericanos que toman la decisión de llegar a Asia.

Uno de los chilenos que supo jugar en China fue Gabriel Mendoza. El campeón de Copa Libertadores con Colo Colo en 1991, aseguró en conversación con Prensafútbol que al Ingeniero «le va a ir muy bien, tiene toda la infraestructura y todo el dinero para desarrollar su proyecto deportivo, por algo eligió de muy buena forma el club donde fue a dirigir».

«El fútbol chino, desde que yo me fui hasta ahora, ha cambiado muchísimo. Han llevado jugadores de talla mundial. Yo creo que nosotros fuimos como lo colonizadores de ese fútbol, en esa época era muy difícil participar, había muchos situaciones que nosotros, los latinos, no estábamos acostumbrados, pero creo que en la actualidad ha tenido una trasformación en 180 grados», agregó el ‘Coca’.

Mendoza jugó el 2001 por el Shandong Luneng -el mismo equipo de Walter Montillo- periodo que relata como una experiencia poco grata por «el idioma, las comidas, el trato en sí, fue rarísimo. Tú les perteneces a ellos, estás en un campo deportivo y para salir había que pedir permiso, si te demorabas te multaban y creo que eso no pasa en la actualidad».

«Tenían que pedir permiso hasta para casarse, entonces era un tema difícil por la convivencia, aquí si quieres hacer una asado lo haces o si quieres ir al mall te vas, allá era como un centro deportivo, donde estaban las canchas, las casas de los jugadores. Para salir había que pedir permiso, llegar a cierta hora, te entregaban todo los implementos. No había utileros, te llevaban a la casa toda la ropa que necesitabas, todo y tú disponías de ello, esos pequeños detalles los han ido cambiando», explicó.

Sobre el desarrollo del balompié en China, el ex O’Higgins sostuvo que «el chino es muy inteligente. Primero mandaron gente a saber cómo era el fútbol a nivel europeo y mundial, saber cómo se manejaban las instituciones, el fútbol a nivel europeo y sudamericano, porque viajaron mucho a Brasil y Argentina».

«Creo que eso los ha ayudado a evolucionar y en unos años más van a ser potencia mundial, están trabajando muy callados, están llevando gente clave para como para trabajas específicos, jugadores clave en los equipos más grandes que puedan aportar su experiencia. Entonces técnicos de jerarquía como Pellegrini van a marcar huella, y eso dice que están haciendo muy bien las cosas», complementó.

ANÉCDOTAS DEL ‘COCA’

Con todo lo estructurado que era el fútbol chino en su época, Gabriel Mendoza recuerda que «la única anécdota en relación al fútbol, es que, como te entregaban todos los implementos, también te pasaban las pelotas y había que llevar dos a cada entrenamiento. Un día el gerente técnico me dijo que las pelotas estaban sucias y que tenía que limpiarlas, yo le dije al traductor que las pelotas tienen que ensuciarse, pero en español lo que le dije al chino que se las metiera por donde mejor pudiera…».

Pero no todo fue fútbol para el ‘Coca’, pues confesó que «viví experiencias bonita, culturalmente hablando es increíble, lo que no jugué lo paseé, la muralla china, el palacio imperial, la montaña sagrada, es extraordinario, la cultura china es espectacular».

Finalmente, aseguró que efectivamente se comen perro y otros animales. «En Hong Kong pasamos por una avenida, donde nos paramos a comer y empezamos a mirar y en todos los letreros aparecían perros, yo le dije a traductor ‘no, no, porque aquí se come carne de animal’ y me dice ‘ah sí te diste cuenta’. Toda esa avenida era de restaurant de comida de perro. Lo insólito era que cuando andabas en la calle, las parrillas, como aquí son los anticuchos, allá se veían que eran ratoncitos abiertos. La única experiencia que probé fue comer culebra. Cerré los ojos, era una sopa, le metí para adentro y era igual a una sopa de pollo, muy parecido», cerró.