La ANFP se ‘come’ a la Federación y las utilidades de la ‘Roja’

La Federación de Fútbol de Chile, que en teoría rige este deporte en el país, debería encargarse de administrar las Selecciones Nacionales. Pero esto lo hace la ANFP, lo cual podría perjudicar directamente el desarrollo de la ‘Roja’. Un escenario confuso que no se replica en el resto del mundo.

Por Joaquín Pérez Danús.

En nuestro país existe una asociación a cargo del desarrollo del fútbol en el territorio nacional. Esta organización no es la Asociación Nacional de Fútbol Profesional, si no que la Federación de Fútbol de Chile (FFCh). Sin embargo, pareciera que la ANFP, la cual comanda Arturo Salah, es la institución rectora del balompié nacional. En Chile se da una extraña relación entre la FFCh y la ANFP, principalmente relacionado con el ámbito deportivo y económico vinculado a las selecciones chilenas.

La Federación se autodenomina como “una corporación de derecho privado sin fines de lucro, que tiene por objeto dirigir y fomentar el fútbol en Chile, por medio de sus asociados”. Así mismo deja en claro que sus socios son la ANFP (Asociación Nacional de Fútbol Profesional) y la ANFA (Asociación Nacional de Fútbol Amateur). Por lo mismo, el presidente de la FFCh es el mismo que el de la ANFP (Arturo Salah), y su vicepresidente es, a la vez, el mandamás de la ANFA (Justo Álvarez Gil). El resto de su directorio, lo conforman miembros de ambas asociaciones.

Por lo anterior se genera la siguiente pregunta con respecto a la ‘Roja’: ¿Qué organismo está a cargo de administrar y dirigir la Selección Nacional de Chile? La respuesta no es simple y el escenario es algo confuso. Uno pensaría que es la FFCh quien está a cargo de esta labor, pero no es así, ya que en los estatutos correspondientes a la ANFP, es esta corporación la que asume el rol de dirigir al ‘Equipo de Todos’.

Según dicta el documento, uno de los principales objetivos de la ANFP es “organizar, administrar y supervisar todo lo relacionado con las Selecciones Nacionales tanto en Chile, como en el exterior, en sus aspectos deportivos, económicos e institucionales”. Lo que deja a la FFCh con el único rol secundario de “supervigilar las Selecciones Nacionales de Fútbol y todos sus niveles”, según dicta los estatutos de esta última. 

El tema no es menor, puesto que la ‘Roja’ es una marca que mueve millones y millones de dólares, y que no necesariamente esos recursos van dirigidos a reinvertirse en pos de mejorar la calidad de la misma selección, o del desarrollo de las series menores. Por conclusión, el dinero que genera la ‘Roja’ es directamente de la ANFP, y por ende de los clubes del fútbol chileno, quienes finalmente son quienes deciden el destino de estos recursos.

Con esto se genera el siguiente debate: ¿Las selecciones nacionales deben ser manejadas por los mismos dirigentes de los clubes? o ¿La Federación debería tener una autonomía con respecto a éstas? Esto último privilegiaría enormemente el desarrollo de la Selección en desmedro de los intereses de los clubes. Pero, ¿cómo es el escenario en los países más ‘futbolizados’ del orbe?

EL MUNDO TIENE DOS FÓRMULAS

El Caso de Chile es bien particular y el opuesto a este sería el del fútbol español. En el país hispano existen dos instituciones que funcionan de manera autónoma y se administran completamente de forma separada. Por un lado está la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) y por otro la Liga Nacional de Fútbol Profesional (LFP). Esta última está a cargo únicamente, además de defender los intereses de sus clubes asociados, de la organización del campeonato nacional en la categoría profesional (Primera y Segunda División).

Por su parte, y a diferencia de lo que ocurre en Chile, es la RFEF la institución encargada de “ostentar la representación de España en actividades y competencias de carácter internacional”. Por lo que la LFP no tiene atribuciones ni injerencia dentro de los recursos que genera ‘La Roja’ europea. En resumen la Liga, presidida por Javier Tebas, y la Federación, comandada por Ángel María Villar, son dos entes completamente distintos, y cada uno vela por sus intereses propios, no como pasa en Chile con la ANFP y la FFCh, quienes poseen intereses conjuntos.

Otro caso distinto al nacional es el que se evidencia en Inglaterra, donde la FA (The Football Association) es el órgano rector del fútbol inglés, y este mismo organismo es el que se encarga de la organización de los torneos profesionales. Tanto la Premier League, como la FA Cup, y todos el resto de las competencias son dirigidas por la asociación inglesa.

O sea, lo que ocurre en Inglaterra se diferencia a Chile en que la FA es una institución única encargada del fútbol, y los clubes están asociados directamente a ella, por lo que la FA es quien está encargada de la selección inglesa por un lado, y de organizar los campeonatos nacionales por otro. Esto simplifica la acción puesto que el deporte está regulado unidireccionalmente y la Premier League es parte de la FA. La federación inglesa vendría a ser similar a lo que es la ANFP, pero eso genera que la existencia de la FFCh, en materia del fútbol profesional, pareciera solo una formalidad.

Escenarios similares al del fútbol inglés son los casos de Italia, Alemania y Argentina. El país trasandino, por ejemplo, es administrado por la AFA (Asociación de Fútbol Argentino), que por un lado está encargada de administrar las selecciones nacionales y por otro, de organizar los torneos locales en todas sus divisiones, esto mediante su comité ejecutivo.

El problema que se produce en la relación entre la FFCh y la ANFP es que esta última es quien administra el fútbol nacional, dejando en un papel secundario a la Federación y entregándoles a los clubes la competencia para determinar el rumbo de los recursos de la ‘Roja’. Siendo en el resto del mundo un escenario distinto, puesto que las federaciones están encargadas de las selecciones, y los clubes están supeditados a éstas.

Cabe destacar también que en los países de primer nivel, los clubes locales poseen recursos propios que son mayores que los que podrían ofrecer sus selecciones. Por lo mismo, estos clubes no necesitan de los recursos provenientes de su combinado nacional para poder financiarse, algo opuesto a lo que ocurre en Chile, donde para los equipos de la alicaída liga local, se hacen valiosísimos los dineros que puedan llegar a ellos por conceptos de la ‘Roja’.