Colo Colo ha tenido un insólito 2025 en cuanto a las decisiones con el plantel. Luego de haber ido a buscar de vuelta a Brayan Cortés y Emiliano Amor tras apenas salieron del club, se repitió la historia con el entrenador Jorge Almirón.
La actual gestión ha estado marcada por la incertidumbre y la falta de consenso, generando un ambiente complicado dentro del club. Las decisiones tomadas por Blanco y Negro han puesto en evidencia deficiencias para planificar con anticipación y asegurar la permanencia de integrantes de la plantilla y cuerpo técnico.
La voltereta con Jorge Almirón
El caso más emblemático es el del DT argentino, quien pese a la intención inicial del directorio de rescindir su contrato debido a los malos resultados y eliminación de Copa Libertadores, finalmente dieron pie atrás y seguirá en el cargo, pese a que Aníbal Mosa anunció públicamente que lo despediría.
La razón principal fue la imposibilidad de llegar a un acuerdo para su finiquito, ya que el monto aprobado para la salida no cubría las demandas del estratega (tres millones de dolares). Esta situación obligó a la dirigencia a mantenerlo, evidenciando una negociación marcada por la presión financiera y la falta de planificación.
Mismo papelón con Brayan Cortés y Emiliano Amor
En paralelo, el arquero Brayan Cortés también vivió un proceso turbulento. El guardameta quiso partir al extranjero, pero ante la ausencia de ofertas concretas, terminó aceptando una renovación con el club al mes de haberse ido, evidenciando una improvisación en la gestión de su situación contractual.
Por su parte, Emiliano Amor protagonizó un retorno inesperado después de no ser renovado meses atrás. Las negociaciones para su regreso se cerraron en el último momento, mostrando nuevamente un manejo poco estratégico y reactivo.
Estas complicaciones reflejan la necesidad urgente de ordenar y fortalecer la política de contratos y decisiones en Colo Colo. La falta de previsión ha impactado la estabilidad del equipo y el desarrollo del proyecto deportivo. Para evitar más episodios que perjudiquen la convivencia interna y el rendimiento, ByN deberá mejorar sus procesos y garantizar mayor claridad de gestión.
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