“Icardi no eres un hombre ni un capitán, eres una pobre mierda»

Problemas y más problemas para el ariete argentino: la publicación de su autobiografía desencadenó un rechazo generalizado por parte de los hinchas más radicales del Inter de Milán, ya que Icardi revivió un enfrentamiento que tuvo con los ultras de la Curva Nord en el año 2015.

Los problemas no sueltan al Inter. A la caída ante el Cagliari en condición de local, se le debe sumar el duro round entre los hinchas radicales del conjunto ‘neroazzurro’ y el capitán del equipo de Gary Medel, Mauro Icardi. Todo esto desencadenado por la publicación de la autobiografía del ‘9’ argentino en el que se saca a la luz un ‘encontrón’ que tuvo el ex Sampdoria con un líder de la Curva Nord al final de un partido contra el Sassuolo

En dos páginas, el delantero interista relata que al final de ese encuentro, él le regaló su camiseta a un niño de la tribuna, pero un líder de la barra brava local tomó la indumentaria y se la lanzó devuelta con desprecio, mientras lo insultaba airadamente.

Luego de esto, los dirigentes temían un desencuentro con los aficionados, a lo que el jugador señaló: “Estoy preparado para enfrentarme a ellos uno a uno, quizá no saben que he crecido en unos de los barrios sudamericanos con mayor tasa de criminalidad”.

La respuesta a la publicación del libro no tardó en llegar: Los tifosi de la Curva Nord desplegaron algunas pancartas contra el delantero en la previa al partido contra el Cagliari. “Utilizas a un niño para justificarte y echarnos mierda a la cara. No eres un hombre, no eres un capitán, eres una pobre mierda”, “Icardi, el bastardo eres tú, que te inventas tonterías para vender más. Infame. Mercenario”, “100 goles y 100 trofeos no borrarán la mierda que eres” e “Icardi, vil mentiroso, quítate el brazalete”, fueron algunas de las frases que dejó el encuentro.

Todo esto se vio aún más agudizado con el penal perdido por el trasandino a los 26 minutos. Pifias y gritos retumbaron en el Giuseppe Meazza. El clima en Milán, por lo pronto, está lejos de calmarse.