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lunes 06 febrero, 2017
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Maracaná lidera la triste realidad de los estadios post Mundial

El reciente estado de abandono en el que está el Maracaná, posterior al Mundial y JJ.OO, puso en el tapete el mal negocio que resulta organizar este tipo de eventos. Esto es homologable a Sudáfrica, donde aún no tienen la solución a los ‘elefantes blancos’ construidos para 2010.

Por Esteban Leal J.

Los fanáticos del fútbol se sorprendieron con la noticia que dio la vuelta al mundo del estado de uno de los principales recintos históricos del deporte. El estadio Mario Filho, o simplemente Maracaná, estaba abandonado luego de la organización de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos y, al parecer, la situación no ha encontrado una solución.

Administrado bajo el alero del consorcio Maracaná SA, perteneciente a la mega empresa Odebrecht, el recinto que albergó las finales de los Mundiales del 1950 y 2014 tiene el pasto sin cuidado, gatos vagabundos que rondan sus instalaciones y asientos removidos por ladrones, que ingresan merced de la poca seguridad con la que cuenta.Maracana_final_noche_PS

Como si fuese un verdadero fantasma, la justicia brasileña hace un par de semanas decretó el corte de luz del coloso ‘carioca’, que adeuda cerca de un millón de dólares en los pagos de las cuentas, por lo que hoy, bajo una oscuridad entristecedora, los hinchas no pueden acceder al museo que está en su interior y, lo que es peor aún, Flamengo y Fluminense no han podido jugar encuentros en aquél mítico escenario.

Pero lo que se vive en Río se vive en otras ciudades del país organizador de la Copa del Mundo 2014. El Mané Garrincha de Brasilia, cuya construcción fue la más cara para el evento con una inversión de 500 millones de dólares, a la fecha no ha agendado eventos a realizar, y en la capital brasileña ya especulan con un abandono definitivo.

El caso de Cuiabá, lugar donde Chile debutó en esa competencia ante Australia, es el más emblemático. Con una tasa de asistencia bajísima, el clamor popular comenzó a instar a que la estructura sirva como una cárcel, aprovechando de esta forma un gasto de 600 millones de reales. Pese a lo alocado de la petición, es lógico. La ciudad no posee equipos en primera división y los partidos que ahí se disputan tuvieron no más de 3.000 espectadores como promedio, en un recinto con capacidad de 45.000.

SUDÁFRICA TAMBIÉN SUFRE CON ‘ELEFANTES BLANCOS’
Cuando se eligió a Sudáfrica como la sede del Mundial 2010 los cuestionamientos no tardaron en llegar. Qué capacidad tendría un país en su situación para la generación de estadios de proporciones mayores y, sobre todo, qué uso tendrían esas estructuras en una nación en la que el deporte predominante es el rugby.Iniesta-gol-Mundial-Espana-2010

Más de cuatro mil millones de dólares inyectó el país africano para la máxima cita de la FIFA, presupuesto que mayoritariamente salió desde el bolsillo de los privados. Hoy, con una liga que cuenta con pocos niveles de asistencia, las pomposas estructuras duermen en el abandono.

Los dardos apuntan hacia la FIFA, máximo órgano rector del fútbol, y en las peticiones que le realiza a cada sede con tal de hacerse con la organización del evento. Así, las posturas del Mundial de Qatar 2022, ganadora por sobre países como Estados Unidos o Japón, fue cuestionada por el uso que tendrán posteriormente en un país muy poco futbolizado.

Realizar un Mundial siempre es muy seductor para todos los países. Pero al ver el gasto que significa para las naciones y la poca utilidad con la que quedan los estadios hace cuestionarse si es tan viable ser anfitrión de una Copa del Mundo.

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Fuente: Getty.
Publicado en: Noticias