Tensión en el vestuario del FC Barcelona y Koeman vive horas bajas
Los jugadores no parecen acompañar al técnico en su proyecto, y sus declaraciones públicas no ayudan a mejorar la situación Ronald Koeman tenía un pie fuera del Barça hasta hace apenas un par de semanas.
Sus malos resultados en La Liga española y la Champions League le señalaban como el responsable, y su recambio hubiese representado un revulsivo de cara a la resurrección del club que ha recuperado a su antiguo presidente, Joan Laporta, con el que consiguió algunos de los mejores resultados de su historia.
Sin embargo, Laporta tenía que afrontar dos situaciones especialmente delicadas de cara a tomar esta decisión: por un lado, la admiración personal que profesa al artífice de la primera Liga de Campeones del club, y por otro, la elevada indemnización (se habla de 12 millones de euros) que debería abonar a Koeman por su salida precipitada, sobre todo teniendo en cuenta que la situación económica del club no es muy boyante; hasta el punto que la marcha de Leo Messi fue por estos motivos. Al final, la decisión fue la de mantener al entrenador y esperar que la situación remonte con el esfuerzo de todos.
Pero el holandés no es un técnico dócil. Ya ha cargado contra el club en ocasiones anteriores, incluso cuando era profundamente cuestionado por la prensa y por los aficionados. Pero lo cierto es que tampoco se muerde la lengua a la hora de hablar de los jugadores, lo que le está ocasionando una importante erosión con el vestuario.
En el último partido alineó a un canterano, Nico González, para luego criticar públicamente su actuación, de forma que lo dejó a los pies de los caballos de la opinión pública y aumentó la ya de por sí importante presión a la que están sujetos estos jóvenes futbolistas. Tal vez esa no sea la mejor manera de encarar la cultura de equipo y sacar lo mejor de cada uno de sus componentes.
Los clubes siguen apostando por elegir como entrenadores a exfutbolistas que han tenido una gran trayectoria como jugadores. De hecho, entre los potenciales sustitutos de Koeman (que fue jugador del club y héroe de su primera Champions conseguida) antes de su ratificación, sonaron Xavi Hernández y Pirlo, dos buenos ejemplos de ello. Esta tendencia tiene su lógica, ya que conocen bien los vestuarios y la presión de los partidos de fútbol.
Además, deben adquirir su título como entrenadores, con la formación y la calificación adecuada. Sin embargo, tal vez les falten algunos conocimientos a nivel global y específico. Por ejemplo, estrellas como Andrés Iniesta o Juan Mata han cursado la carrera de INEF para completar su preparación de cara a futuros retos en los clubes, ya sea en el banquillo o en otras tareas. Otro caso es el del jugador profesional de poker, Ramón Colillas, quien quería ser futbolista, pero llegó a estudiar Educación Física, una formación que le permitió abrir un gimnasio en Barcelona antes de dedicarse a las cartas.
Debido a esta tendencia, algunos centros de educación están creando hoy día una formación más integral con nuevos títulos a disposición de estos futuros entrenadores, combinando INEF y técnico de fútbol simultáneamente.
No es la primera vez que Koeman tropieza con esta piedra: el entrenador ha criticado públicamente a otros tantos jugadores, algunos de la talla de Gerard Piqué, que tiene una gran influencia en el equipo, de Griezmann, que le lanzó una pulla al alabar a otros entrenadores como Deschamps, o al propio Leo Messi. Incluso algunos exjugadores, como Luís Suárez, han querido reivindicarse, tras dejar el club, ya que parece culpar al técnico holandés por su salida del club.
Todo ello crea una situación incómoda para los jugadores, ya que ven a Koeman más como un miembro que descarga las iras sobre ellos que como un líder que les guíe en el camino para alcanzar los triunfos que los aficionados esperan del equipo. La ratificación puede haber caído como un jarro de agua fría sobre los componentes de la plantilla y ahora les hace tener que decidir qué hacer: ¿seguirle hasta las últimas consecuencias o presionar para que tenga que irse y recibir a un nuevo técnico con el que se encuentren más cómodos?
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