Montillo: «La vida golpea, pero hay que seguir y ponerle el pecho»

Walter Damián Montillo sufrió la pérdida de su padre y abuelo a causa del coronavirus, por eso ahora quiere mantenerse fuerte anímicamente para acompañar a su familia. Además, la 'Ardilla' indicó que en noviembre determinará si sigue jugando o cuelga los botines en Universidad de Chile.

Walter Montillo atraviesa un momento familiar difícil tras el fallecimiento de su padre y abuelo a causa del coronavirus, pero el volante de Universidad de Chile trata de no desmoronarse anímicamente y busca seguir fuerte por el bien de su familia.

«Me tocó la ‘bolilla’ a mí. Desde lejos, en cuarentena, uno no puede ayudar y eso es lo que más me duele, porque a la distancia uno no puede hacer mucho. Una vez que aíslan a las personas, uno tiene que empezar a creer en los médicos y rogar que todo salga bien. Lamentablemente, con mi abuelo y mi papá no pasó, pero mi vieja está luchándola y eso me pone contento», contó a El Mercurio.

En cuanto a la relación con su progenitor, la ‘Ardilla’ dijo que «todos tenemos problemas familiares, que yo nunca comenté. Hace tiempo que estábamos distancias con mi papá, cerca de seis años. El año pasado empezamos a hablar nuevamente, íbamos de a poco, estábamos ahí y pasó esto».

El ex Tigre añadió que «me golpeó lo de mi viejo, porque no está lejos y uno no puede ayudar. Me hubiese gustado que hubiese sido de otra manera, haber arreglado todo antes. A veces la vida golpea, pero hay que seguir, ponerle el pecho. Está mi señora y mis hijos que necesitan que uno esté bien».

Respecto de su madre, que en un principio también se pensó que tenía COVID-19, el ’10’ azu sostuvo que «está aislada, pero no presenta ningún síntoma y se encuentra bien. Le harán otro test y esperamos que no arroje nada, porque si sale dos veces negativo le darán el alta. La acompaño por teléfono, es lo que me queda. Está con una de mis hermanas en Buenos Aires».

En tanto, Walter Montillo aún no define si prolongará su carrera más allá de este año, razón por la cual se puso como plazo noviembre próximo para determinar si sigue en Universidad de Chile o emprende el retorno a su país natal.

«En noviembre evaluaré si estoy para seguir o para dar un paso al costado. Es una decisión familiar. Tengo 36 años y es muy difícil mantener un nivel competitivo en la posición en que juego. No me puedo sacar la edad, si bien puedo entrenar, el cuerpo comienza a jugar en contra. Pero quiero irme bien, siendo importante dentro de la cancha y ojalá siendo campeón. No quiero esperar que la gente diga ‘no rinde porque está viejo'», sentenció.